
No me busquéis por derecho
que yo habité entre zarzales
sin condenar, por eriales,
anduve sus duros
trechos
pateando sus
barbechos
y al hombro ducas mortales.
Mi piel cual olivo
viejo
agrietada del camino,
hoy mapa, ya sin
destino
y de incursiones tan lejos
donde ácido peregrino
fui de carácter añejo.
Siempre solo por costumbre
pernocto arrogante
cumbre,
no sesteo en la ribera.
Me alejo de la quimera,
y enciendo presto la lumbre
para espantar a mi fiera!
Con tu burdo proceder
espero no me provoques;
duelos de birlibirloques
no vienen en mi almanaque;
ni a mi diario de abordo
llega el eco de tus coces.
Fernando naranjo duran
6-5-2009
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