Lo que lees entre líneas
lo dicta mi corazón;
de improviso, en discontinuas:
más, de firmeza impasible;
aunque tú con imperdibles
quieras colgar mi razón.
Lo que siento cada día
lo someto yo a la métrica;
no es una pedantería,
me gusta el compás y el ritmo,
y conversar con si mismo
sin cosmética baldía..
No persigo imperfecciones
ni el espejo de eruditos,
ni a piara dar soluciones;
como siempre ave de paso
con un equipaje escaso
esquivando sinrazones..
Más, quien pudiera tener
el rebufo de tu estela
para mejor componer
y escribir sin el pudor
el motivo de que yo
pase las noches en vela.
Siempre tú en mi paralelo
usurpando mis esquemas;
tus ojos de caramelo
me producen tal desvelo
que hacen correr por mi sangre
-un no sé- que me envenena..
Fernando naranjo duran
9-4-2017
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