Sigo sin
saber decir
pero sigo
enamorado
y sigo
pensando en ti
aunque pase
un mal momento;
quizás me lo
habré buscado.
Aunque ya
nací con ello
y por tanto
no me asombra:
mi espíritu
al degüello
me
envalentona o me agacha,
de mis
ánimos se cobra.
Y giran cual
carrusel
mis
ilusiones perdidas,
y es que ya
no soy aquel
que supo
tapar con lonas
el avatar de
la vida.
Me concede
el carrusel
el uso de la
nostalgia:
colorear a
pincel
la imagen de
aquel ayer
a través de
la palabra.
Más, un
cielo macilento,
agrio
alimento del alma
se nos anuda
al momento
y no
consigue hacer calma
en un hondo
sentimiento.
Cuánto afana
la conciencia
¿Todo lo
quiere juzgar?
Sin conceder
indulgencias
cruje al
alma que no envidio
que aún duda
dónde anidar..
fernando
naranjo duran
10-12-2017