Aunque
nacida en Carthago
la cuida
una dama lusa.
Espuma de
mar su sallo
a su
sazón sin escusa.
Aroma de
la huerta, al fin,
de aquel
verano sutil
que en su
corola germina,
su levante
al balbucir
que una
lámpara lucir
cuando
canta aquella mina.
fernando
naranjo duran
10-5-2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario