Un vientecillo en la sierra,
somete a la Jara y trae aromas
de Tomillo y de romeros...
Y en lo alto de una chopea
compiten el Ruiseñor y el Jilguero!
Debajo, en la fresca umbría,
ensaya el Pastor un fandanguillo nuevo…
!Ay! quien pudiera escucharlo!
Que pena de estar tan lejos!...
Si yo pudiera volar?…
Lo haría en este momento;
para ayudar al pastor,
en su fandanguillo nuevo!…
Que hermosa estará mi sierra…
Cuanto añoro yo, sus cielos!
Los recuerdos de la infancia,
no sabéis como los sueño.
Lienzo de impresionistas,
amalgama de colores…
Manantial de inspiración
para la poesía…
Paz y sosiego de los escritores!
El sol de sus tardes la tiñe bermeja,
al iluminar sus pizarrosas entrañas,
sus barrancos, y sus arrogantes cerros!
Y en sus anocheceres aparecen sus silencios…
Más, si son de luna clara,
surgen sonidos nuevos…
Y desde el Alcornoque a la Encina,
coquetean sin rubor,
la Lechuza y el Mochuelo..!
Allá…Cerquita, no muy lejos,
la luz estelar ofrece
otro escenario nuevo.
Son los grillos y las ranas
unidos en singular Opereta
al frescor de un arroyuelo.
Donde mi alma errante navega
sobre un trocito de papel…
Y el cantar de las sirenas
que susurran en sus helechos,
embarrancaron mi corazón!
Como a Ulises…
vararon mis sentidos de razón..!
¡Ay..! de mis noches serranas
que hoy provocan mis desvelos…
!Quien volviera a ser un niño!
¿Ó tal vez, no dejé aún de serlo?
Mi padre de Fuenteheridos.
mi madre de Valdelarco…
Aún que errante fue mi vida,
la primera luz la vi
Allí, en el Repilado.
En este rincón nací,
y allí prometo volver.
El día que no me encontréis…
! Ya sabéis, allí estaré…!
Fernando naranjo duran.
25/05/03
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