!GUADIANA!...

Me dice Antonio, ¿por qué no buceas otros caminos?
Quedo pensativo…Abandono su oficina
Bancaria, y como siempre, me siento retado!
Ya la calle...En mi rostro siento la leve brisa del río…
Nuestro tímido, y desmejorado vecino...
Y despacio, con pereza, pero disciplinado,
avanzo hasta el ecuador del Real Puente!
Faraónica obra, que parece aplastarme con su insolente altitud.
Empequeñeciendo con acritud a este Guadiana,
que cuando sopla la brisa, ¡no recuerda su camino!
Y solo conserva el color de su esperanza, y nostalgias de aventuras
surcando hacia su ocaso ayamontino…
Perdido el rumbo! Y extraviadas sus coordenadas,
entre malezas que el prójimo regala a sus orillas.
Y de su evidente debilidad me compadezco…
Mientras nos sigue oprimiendo el yugo, y las flechas
-mal parecido a la Lira- Ascendente de esta burda
cúspide de cemento y acero, santo y seña del poder!
Del ultimo Nerón dominante..
El viento, en su altura entrelaza los metales,
Y provoca voces de órganos, que aseveran con voz profunda..
¿Dime, que piensas echar al agua?... ¡algún recuerdo funesto?
De algún trato malogrado, venido de hora mala?
ó cualquier mensaje embotellado con tu libertad nunca estrenada?
¿Pero esta agua, no se mueve?.. Está indolentemente varada!
¿Tendrá putrefacto su espíritu? o su alma negra, de impurezas
que el hombre publico no rechaza?
¡Tu! Que naciste en las tierras de la mancha lo mismo que don Quijote! Dulcinea, o Sancho Panza; ¡como fuiste de arrogante!
Mi viejo y querido Guadiana...
En los juncos de tus orillas nacieron Conquistadores,
y abrevaron sus caballos, antes de ir a las batallas!
A la busca de riquezas! Para el reino de las Españas..

¡Tu! Que refrescas las llanuras de tus vegas cortesanas…
Dando aromas a los vinos, que entonan estas gargantas,
de sufridos labradores, que arrullan unas cigarras!
A la sombra de las encinas, en su siesta bien ganada!
Mientras el sol usurero, atenaza la campiña de esta
tierra dura y extremada!...
Ponle fin a los desmanes, y vuelve a ser ¡marinero!
Y no sometas a venganza a esta sociedad inmadura,
de sentimientos infames, que no drena tus entrañas
para que tu, camines ligero.
Deja que la luz de la luna, ponga plata a tu Sirena…
Y dé sombra a tus castillos de hidalguía! Salobre desierta y seca!

Y se bañen bajo este signo, esas piedras milenarias
que le dan rango! A tu Extremadura vieja...
Donde puso sus ojos el arte y la sabiduría!
Con historias preñadas de glorias, y añejas riquezas...
En la Lusitania de su Muy Augusta Emerita.
Boga! Viejo río, boga...Siempre a poniente, boga!
Que tu martín pescador, anuncia vuelos de gaviotas
Y presagia avántes claros! …nuevos puertos!
Huye de las umbrías...Desdeña viejas fronteras
Y agilíza por “El Pico”, veras que llena de orgullo
se asoma a tus verdes aguas, esa fortaleza almohade
que llamaron ¡Alcazaba..
Y cruza veloz el Puente! Junto a esa torre albarrana..
¡El que impasible! Soportó mil avenidas!
Enamorado ilustre! De su hermosa Puerta de Palmas!
Y sé tu! Su silente observador, de sus amores eternos..
Y espejo de sol y sal, para los peines del tiempo,
¡De esta tierra que se viste de Oro y Grana!

Fernando naranjo duran.

27/5/06